¡Hola! Me presento: mi nombre es Silvia, soy de Tenerife y me puedes encontrar en Instagram como @silviajes_
En estos últimos años he viajado a varios lugares del mundo, cada uno con su encanto, pero hoy quiero compartir brevemente mi experiencia en el maravilloso país de Centroamérica, Costa Rica, un paraíso entre el Mar Caribe y el Océano Pacífico.
El motivo principal que me llevó a visitar este país fue el de realizar un voluntariado durante 2 semanas en un colegio rural en un barrio con pocos recursos, en el municipio de Escazú, a pocos kilómetros de San José, la capital del país.
Mi experiencia como voluntaria en Costa Rica fue gratificante, siempre la recomendaré, porque te abre la mente, te llena el alma y te nutre como persona. Muchos recuerdos y momentos vividos que se quedarán siempre conmigo, personas y situaciones que te marcan y se te quedan dentro.
Mentiría si dijera que todo fue bonito, inevitablemente tuve que presenciar situaciones familiares nada agradables, pero la balanza cambia hacia lo positivo al ver que lo poco que haces genera una sonrisa en muchas personas, y es ahí cuando te das cuenta de que la afortunada eres tú por estar viviendo esa experiencia. Tras este voluntariado, mi escala de valores y prioridades en la vida ha cambiado y valoro más lo que tengo y no lo que me falta.
Pero el motivo del viaje no fue sólo éste, también conocer y disfrutar de los increíbles lugares que la naturaleza nos regala a lo largo de todo el país: parques nacionales, reservas naturales, playas, flora y fauna.
La primera visita fuera del municipio en el que me alojaba fue a San José, la capital. El centro de la ciudad es bastante pequeño, con mucha gente y coches por sus calles y avenidas, donde se encuentran la mayoría de los museos, centros comerciales, mercadillos, hoteles, restaurantes, parques y plazas.
En este lugar puedes encontrar monos, cocodrilos, caimanes, iguanas, tortugas, búhos, loros y tucanes, entre otros.
La siguiente visita fue Puerto Viejo de Talamanca, una localidad situada en la provincia de Limón, en la costa del Caribe. Para llegar a Puerto Viejo hay que coger un autobús desde San José y tarda unas 4.30 horas si no pillas tráfico (yo tardé casi 6 horas al ser viernes).
En la calle principal de Puerto Viejo se concentran la mayoría de las tiendas, restaurantes y bares nocturnos, muchos de ellos con música en vivo. Puerto Viejo se caracteriza por su ambiente surfero y reggae.
Me alojé en un bonito lugar con acceso directo a la playa de arena blanca Cocles. Si viajas a Costa Rica, especialmente a esta zona del Caribe, no debes olvidar llevar mosquitera para protegerte, no solo de los mosquitos, sino de cualquier bichito (escarabajos, libélulas, lagartijas, etc.) que se te cuelan en la habitación…
En Puerto Viejo también pude visitar el Parque Nacional de Cahuíta, el lugar que más impresionada me dejó de los que visité. A lo largo del Parque vas recorriendo un sendero paralelo a la costa donde se ve la selva con sus animales (ardillas, monos, osos perezosos, mapaches, insectos, cangrejos, lagartijas, etc.) y las espectaculares playas paradisíacas, casi vírgenes, y de arena blanca. El Parque tiene dos accesos y el recorrido completo entre ambos accesos es de unos 10 kilómetros.
Otra de las visitas fue el Parque Nacional del Volcán Arenal, en la provincia de Alajuela. En él no solo pude ver el Volcán (algo tapado por las nubes ese día), el segundo volcán más activo de Costa Rica, sino también los 14 puentes colgantes (8 fijos y 6 en suspensión), algunos de los cuales alcanzan los 60 metros de altura desde donde se puede observar la flora y fauna característica del lugar. Especialmente me llamó la atención el sonido constante de los monos saltando de un árbol a otro.
Otro de los espectaculares lugares visitados en el Parque Nacional del Arenal fue la Catarata Río Fortuna de unos 70 metros de altura. Para poder acceder a su base y darse un baño hay que bajar (y luego volver a subir) unos 530 escalones a través de un bosque de árboles, pero merece realmente la pena.
Y en esta provincia no podía faltar una visita a alguna de las termo piscinas de agua caliente que fluyen desde el volcán Arenal con temperaturas entre los 33 y los 67 centígrados. Pude visitar el Baldi Hot Springs que además del acceso a las piscinas te ofrece una cena buffet al finalizar el recorrido.
El último lugar que pude visitar en Costa Rica fue la playa de Puntarenas, en la costa del Océano Pacífico, una playa de arena gris con un paseo paralelo lleno de tiendas y cafeterías.
Muchos son los lugares y parques nacionales, entre ellos Tortuguero y Manuel Antonio, que me quedaron por visitar por lo que sin duda volveré en cuanto pueda.
Cabe mencionar que, debido a su ubicación tropical, Costa Rica posee dos estaciones bien definidas: la época seca, que va desde diciembre a abril, con menos precipitaciones; y la época lluviosa, desde mayo a noviembre, con fuertes lluvias y tormentas tropicales. Yo viajé en junio y la mayoría de los días por las mañanas me encontraba con un día de sol espléndido y por las tardes con lluvias fuertes, por lo que si viajas a este país es recomendable cargar siempre con un chubasquero.
- A los costarricenses se les llama 'ticos'.
- 'Pura Vida' es una frase que usan los ticos para dar respuesta al saludo ¿Cómo estás? pero para ellos simboliza la simplicidad del buen vivir, del apego, a la humanidad, a la abundancia, bienestar, alegría, satisfacción, conformidad, felicidad y optimismo.
- El plato más típico en Costa Rica es el ‘casado’, que se compone de arroz, frijoles, plátanos fritos, ensalada, y una selección de carne entre pollo, carne de res, carne mechada, carne en salsa o pescado.
- El desayuno típico es el ‘gallo pinto’, que se compone de arroz y frijoles mezclados entre sí, huevos fritos o revueltos, carne picada, plátanos fritos y tortillas.
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