¿Quién no ha tenido que hacer escala alguna vez en alguna gran ciudad para poder llegar hasta su exótico destino final?
Cuando has tenido más de 5h de espera en el aeropuerto, ¿eres de los que va de tiendas por el aeropuerto para hacer tiempo o de los que sales a explorar la ciudad por unas horas? Yo soy de los segundos y menos mal. Recuerdo algunas de estas escalas como verdaderas aventuras; y es que, cuando uno se lo propone, una escapada así puede ser la experiencia de tu vida.
Cuando hice escala nocturna en el aeropuerto JFK de Nueva York de camino a Costa Rica, llegué a las 10 pm de la noche. Iba con mi mochila y mi ordenador portátil en mano, sin posibilidad de dejarlo en consignas (no existen por el tema de posibles atentados con bomba). Entonces pensé; ¿me quedo toda la noche en este aburrido aeropuerto hasta mi próximo vuelo a las 7 am de la mañana o me arriesgo a pasear por Manhattan cargado de cosas, solo y de madrugada?
Tras llegar a la ciudad, me dijeron que el último bus de vuelta al aeropuerto era a las 2 am, pero seguía teniendo un problema, iba cargado de cosas: Sería blanco fácil para alguien con “mala idea”. Pero cuando te dejas fluir, todo vibra a tu favor. El taquillero de la empresa de autobuses me vio apurado, le conté mi situación y él me ofreció dejar mis cosas en su coche…por un momento dude de él, pero me dijo “amigo mío, si me voy con tus cosas, yo podría perder mi trabajo, no te preocupes”
Tenía unas 2h y media para hacer en Manhattan lo que quisiera, así que tomé mi cámara de fotos y mi escaso abrigo y cogí el metro. Primeramente, me plante en el Puente de Brooklyn para cruzarlo andando. Hacía como unos 4 grados bajo cero. Recuerdo me temblaban las manos cuando intentaba sacar fotos (salieron casi todas movidas jaja). Luego fui andando hasta más o menos el World Trade Center. Para mi sorpresa, se veía la Estatua de la Libertad muy a lo lejos iluminada.
Era curioso también, encontrarse “la ciudad que nunca duerme” prácticamente vacía. Apenas algunas personas a las que intentaba preguntar algo y me esquivaban pensando que era alguien peligroso, ¡que cosas!. Entonces, tome un taxi y me fui al Times Square donde después de una vuelta por allí entre luces y pasear cerca del Empire State, terminé mi recorrido comiéndome una hamburguesa en un McDonald's autentico estadounidense.
Finalmente, mi intuición no fallo y allí estaba mi amigo con mis cosas. Volví al aeropuerto sano y salvo y decidí dormir un poco hasta que saliera mi vuelo.
Animo a todo el mundo a que no se queden en el aeropuerto en las escalas largas. Salgan a explorar, aunque sea cerca del aeropuerto y no a la ciudad, ¡siempre merece la pena!
Escrito por Antonio Ramírez Aragón
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