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El tiempo es oro, ya sabes, y más cuando viajamos. Todos queremos aprovechar al máximo, y un secreto para ello es saber hacer de la necesidad virtud. Te lo vamos a mostrar contándote qué hacer en Milán en una escala de vuelo de esas que tan poquito nos gustan.
Hace ya un tiempo te explicábamos (en Stopover: cómo aprovechar mejor tus escalas) que las escalas largas son en realidad una ocasión para visitar un sitio más, y que esas escalas largas son bastante frecuentes en algunos aeropuertos concretos con enlaces de larga distancia.
La ciudad sforzesca es uno de esos casos, pero la tarea que nos proponemos no es sencilla. Milán en tres días es asequible, o incluso podemos decirte Qué ver en Milán en un día, pero ¿qué hacer en Milán en seis horas? ¿Seremos capaces de pergeñar un plan para ir, ver y vencer, o sea, volver a tiempo al aeropuerto?
Pues sí, claro merece la pena. Lo primero, porque Milán es una ciudad magnífica, toda una referencia en arquitectura, arte y moda, y no solamente en Italia. Y lo segundo, porque la alternativa es pasarte cinco horas o más mirando al techo (o a la tablet, no sé qué será peor) en el aeropuerto, con una ciudad preciosa ahí, a tu alcance… Para volverse loco, ¿no?
Además, puedes tomártelo como una excursión, porque el trayecto también te servirá para empaparte de ese lado de la realidad milanesa que viven a diario miles de locales y gente en viaje de negocios. El mundo que vemos a través de las ventanillas y al lado de vías y carreteras también es parte del viaje.
Así que nada, tomamos impulso y… ¡vamos allá!
NUESTRO CONSEJO: Ten siempre muy presente la hora de embarque, no queremos que pierdas el enlace. Un mapa turístico de Milán y consultar por anticipado los horarios específicos del transporte en función de tu hora de llegada te vendrá muy bien.
En Milán, lo tenemos claro: en el corazón de la ciudad hay dos elementos que están uno justo al lado del otro, y que están, también, en el corazón de todos los milaneses. Son el Duomo de Milán y la Galería Vittorio Emmanuele II. Juntos representan la esencia de Milán ante el resto del mundo.
La entrada al Duomo de Milán y sus diferentes espacios puede hacerse en una visita guiada o por libre, eligiendo entre incluir uno o varios elementos en la visita: cripta, zona arqueológica, museo, tejados, y más. Algunos (museo y área arqueológica) sólo pueden adquirirse in situ. Los precios, claro, también varían (entre 0 y 25€), así como los horarios (entre 8am y 7pm).En el caso de la Galería, no tienes que preocuparte de horarios ni de precios. Las tiendas cerrarán, y sus tarifas te resultarán más o menos asequibles o prohibitivas, pero nadie te quita pasearte por el elegante abuelo de los centros comerciales, situarte en el octógono central y sentirte especial.
Vale, ya sabemos qué visitar en Milán. Ahora, “solamente” nos queda saber cómo llegar hasta allí. No es un problema grave, porque los transportes públicos milaneses están a la altura de las circunstancias.
La forma más recomendable de ir del aeropuerto Malpensa (que es el aeropuerto milanés por antonomasia; si vuelas a otro, va a ser más complicado) es, sin lugar a dudas, el tren. El servicio Malpensa Express une ambas terminales del aeropuerto con el centro de Milán en 45 minutos.
En nuestro caso, para lo que tenemos que hacer en Milán, nos interesa tomar el XP1, que nos dejará en la estación Milano Cadorna. El precio de un viaje de ida y vuelta es de 20€ (50% niños 4-13 años). Ten en cuenta que hay un tren cada media hora, de 05:20 a 00:20 desde Malpensa, y de 04:27 a 23:27 desde Cadorna.
Desde Cadorna a la plaza del Duomo tienes aproximadamente 15 minutos a pie. El paseo, además, es atractivo; flanqueando el Castillo Sforza, por la monumental via Dante, con sus tiendas y edificios de negocios, por piazza Mercanti…
Pero si tienes tanto que hacer en Milán que no tienes tiempo para un paseíto a pie, puedes usar, cómo no, el transporte público: el famoso ATM milanés. Dos opciones:
En ambos casos, serán 1,5-2€ por trayecto, para adquirir billetes sencillos individuales (u otros), infórmate aquí sobre dónde y cómo comprarlos.
Todo esto, suponiendo que tienes 5 horas: una para ir, otra para volver y tres para visitar. Imagínate que hablamos de una escala más larga, de esas que te dejan ver Milán en un día. Bueno, sea como sea, si por lo que sea el Duomo y la Galería se te quedan cortos, allá va un bonus track: el Castillo Sforza.
Hay otras opciones, pero tienen más complicaciones. Naviglio, una zona soberbia para pasear, curioserar tiendas o tomar algo, pilla un poco lejos. La Scala, que está a ladito de la Galería, es una gran opción para ver un espectáculo lírico, pero los horarios… ¿La Santa Cena? Demasiadas colas. E ir de compras al Quadrilatero tiene todo el riesgo de que se nos vaya el santo al cielo o tener que pagar una maleta más.
Así, el castillo de una de las dinastías más gloriosas del Ducado de Milán es la opción más segura. Y, además, diversa: en un amplio parque se inscribe este impresionante castillo renacentista, colmado de patios, torres, muros, fosos y colecciones museísticas de primer nivel.
¿Tienes alguna idea mejor para aprovechar una escala como esta en Milán? ¡Nos encantará leer tus comentarios y sugerencias!
Para aclarar cualquier duda pendiente, ya sabes que puedes contactar con nosotros. Y para ayudarte con la organización del viaje de forma personalizada, lo mejor es que nos llames al 922 15 12 51 o nos escribas a blog@tubillete.com con tu caso particular.
