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1600 kilómetros de costa, de los cuales unos 400 kilómetros se distribuyen en unos doscientos arenosos pedacitos litorales del cielo, bañados por aguas turquesas y escoltados por cocoteros. Y algún pequeño bar o restaurante no suele faltar… Las playas de Santo Domingo te llaman; puedes oírlas, ¿a que sí?
Cuando pensamos en la República Dominicana, las largas playas de arena blanca son una de las primeras imágenes que se nos vienen a la cabeza, y con razón; son uno de los mayores encantos de una isla que tiene muchos. Aunque todas tienen algo en común, también hay variedad en cuanto a temperatura, paisaje, frecuentación…
Seguramente ya hayas oído hablar hasta la saciedad de las playas de Santo Domingo más famosas (eso si no las has visitado ya); Punta Cana y todo eso. Hoy nos planteamos un reto: aparte de contarte un poco cómo son las playas dominicanas, mostrarte tres playas magníficas y poco conocidas. ¿Seremos capaces?
Si eres de los que crees que en las Antillas vista una playa vistas todas, te equivocas; o no te has fijado bien, o has estado en pocas. Los habituales no tienen una imagen, sino varias imágenes de playas de Santo Domingo.
En general, las playas de Santo Domingo, República Dominicana o Haití, que para el caso es lo mismo, tienen un buen puñado de características comunes, claro está: arena fina y blanca, vegetación tropical hasta cerca de la orilla, mucha vida submarina, pocos servicios y algún tipo de chiringuito en las proximidades.
Pero para todo hay excepciones. Para empezar, las playas del norte (atlánticas) son más hermosas, pero más fresquitas, mientras que las del sur (caribeñas) albergan mucha vida y son muy acogedoras. Hay playas de arena negra y de guijarros, zonas con el oleaje que pediría cualquier surfista, fondos coralinos o rocosos, cayos y acantilados kársticos... En fin, que no todo es Punta Cana.
Y como no todo son resorts turísticos en RD, queremos demostrarte que, a pesar de su incuestionable peso como destino turístico, puedes venir a las playas de Santo Domingo y encontrar algunos reductos tranquilos y relativamente ajenos a las masas de turistas.
Evidentemente, algunos enclaves playeros resultan perfectos para familias, otros son los preferidos por los buceadores o los surfistas, y otros son paraísos naturales. Nosotros, en este caso, nos hemos dejado guiar por el corazón…NUESTRO CONSEJO: Si quieres buscar el espacio par tu toalla por ti mismo, algo muy recomendable, te sugerimos que consultes el mapa interactivo del servicio turístico oficial de República Dominicana.
Elegimos esta como la primera de nuestras playas de Santo Domingo precisamente porque está en el lado opuesto de Punta Cana; y no sólo geográficamente hablando (esto está en el Parque Nacional Jaragua, en el extremo suroeste del país, una de las zonas menos desarrolladas de la República Dominicana), sino también social y económicamente.
Trudillé es una playa excepcional, larga, limpia, con un árido territorio natural a sus espaldas. Pero Trudillé también es un pequeño asentamiento con un centenar de barracas cuyas familias subsisten gracias a la pesca y al precario turismo que comienza a afluir, dejando a un lado la famosa Bahía de las Águilas. Una bofetada de realidad en un entorno paradisíaco.
La península de Samaná dista de ser terra incognita (de hecho, se supone que Colón atracó aquí), pero sigue siendo es un destino turístico minoritario. Y eso que tiene de todo: zonas privilegiadas para los deportes náuticos, espacios naturales bien preservados, opciones de avistamiento de cetáceos… Y algunas de las mejores playas de Santo Domingo.
Ermitaño o Lanza del Norte son referencias de primera en la zona, pero tenemos que mencionar a la fuerza Playa Rincón, cerca de Las Galeras, casi en el extremo de la península. Considerada en su momento una de las 10 mejores playas del mundo, aquí puedes hacer snorkel, comer pescado recién salido del mar y, por supuesto, bañarte o tomar el sol.
Nos vamos a la costa norte. Entre Punta Rucia y Monte Cristi hay un enclave conocido únicamente por los devotos del kitesurf (de momento; al no estar entre las playas cerca de Santo Domingo…). Se llama Buen Hombre y es uno de esos enclaves mágicos que atrapan a cualquiera.
Hay quien dice que no hay nada que hacer o ver por aquí… Seguramente, ahí radique el encanto de este sitio; la tranquilidad de esta remota zona ha hecho que hoy todavía no se haya convertido en un enclave turístico, por fortuna para los pocos que la conocen. Una comunidad mínima con las facilidades imprescindibles, kilómetros de playa virgen y un entorno natural atractivo; ¿qué más quieres?
No dejes de explorar el litoral dominicano en busca de la playa de tus sueños, y cuando la encuentres, no dejes de contárnoslo.
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