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Si algo identifica a Irlanda por el mundo adelante, aparte del trébol, es la proverbial afición a las bebidas fermentadas y destiladas de sus alegres nativos. Los establecimientos de venta y consumo de alcohol, o sea, los pubs, son parte esencial de la cultura irlandesa. Como lo es The Temple Bar, el más famoso entre ellos.
Ninguna visita a Irlanda en general o por supuesto a Dublín en particular está completa sin pasar por uno, o más bien varios, de sus casi legendarios pubs. Es como venir a España y no ver un partido de Liga en un bar de barrio; no pasa nada, pero te faltaría algo básico para entender la cultura local.
Así que vamos a presentaros un par de hechos relevantes para entender los pubs irlandeses, mencionar algunos de los pubs dublineses más interesantes y, por supuesto, hablar de la joya de la corona: The Temple Bar. Sláinte!
NUESTRO CONSEJO: Sí, hay que ir a los pubs, pero que no se diga que sólo te recomendamos eso. Por lo menos, léete Qué ver en Dublín en dos días. Aunque no lo veas.
Daremos por hecho que todos sabemos lo que es un pub… pero en Irlanda, un pub es mucho más que un bar. Es, como dicen por ahí, tan importante como la iglesia. Todo irlandés tiene su pub de cabecera, y no sólo para beber.
Hay un par de elementos sin los que un pub irlandés no sería lo mismo, y que son la quintaesencia de la identidad irlandesa: música folk y deportes gaélicos. Raro es el pub sin música en directo al menos un día por semana. Y, aunque hay pubs sin tele, es el lugar idóneo para ver hurling o fútbol gaélico.
Pero lo más destacado del “espíritu pub” es el ambiente sociable y acogedor que se respira en estos establecimientos (y que, en concreto a los españoles, nos hace sentir tan como en casa). En el pub hablas con los amigos y con los extraños, pides y haces favores, haces entrevistas de trabajo, dejas recados, ríes, lloras… En fin, vives.
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Si estás entre los que a estas alturas se preguntan dónde está Dublín, te está haciendo falta una rápida introducción al “pubeteo” en la capital irlandesa.
Las publican houses (de ahí lo de “pub”) son en origen, para entendernos, los clubs de los pobres, o sea, la alternativa de los clubs de pago para la clase trabajadora. Aunque en los tres últimos siglos han proliferado como setas, su historia es mucho más antigua; el pub más antiguo de Dublín, The Brazen Head, abrió sus puertas en 1198, nada menos, en unas caballerizas.
Como vemos, no es raro que los pubs cuenten con una laaarga trayectoria y una intrahistoria particular, por lo que, en Dublín, curiosidades sobre los pubs no faltan. Las primeras regulaciones, del siglo XVIII, son para prohibir los matrimonios en los pubs, y es sabido que las campañas antialcohol del siglo XIX convirtieron los pubs en negocios mixtos: ultramarino, ferreterías y funerarias, sobre todo.
Lo de servir comida en los pubs es algo relativamente reciente, que data de los años setenta. Mucho más tradicional es el snug, la “parte para damas”, un reservado tranquilo. Pero si hay algo esencial en los pubs de Dublín es la pinta de Guinness, la cerveza que te pondrán por defecto si pides simplemente una pinta.
TIP VIAJERO: Si una pinta es demasiado para ti, pide un glass (media pinta); si no te gusta la cerveza stout, pide smithwicks. Y nunca, nunca, te vayas sin pagar tu ronda.
El pub al que se supone que tienes que ir al visitar Dubín, te pongas como te pongas, es The Temple Bar. Ojo, no te confundas; es un pub ubicado en un barrio que se llama… Temple Bar (donde, por cierto, la densidad de pub por metro cuadrado es abrumadora), pero no es lo mismo.
Inaugurado en 1840, con un bonito jardín y especiales de la casa extravagantes (como las ostras, verbigracia), este pub es un sitio magnífico, eso está fuera de discusión; no obstante, se aleja un tanto del verdadero pub irlandés precisamente por su fama de rango internacional.
Prepárate para encontrar aquí mucho ambiente, una gran música en directo, muchedumbres turísticas, un broncíneo James Joyce, precios algo más altos de lo habitual, excelentes whiskys (sin “e”) de producción propia, mucho merchandising… En fin, lo que cabe esperar en un lugar así.
Pero claro, The Temple Bar es una gota de agua en el mar (o de cerveza en la pinta, si quieres); hay muuucho donde elegir. Este plano te serán de mucha ayuda si quieres hacer un ejercicio serio de inmersión cultural, o cervecil, en los pubs dublineses. O sea, lo que se llama hacer pub crawling, toda una institución.
Hay pubs donde la seisiún (la quedada de músicos improvisando) es lo primero. Otros se enorgullecen de su decorado del siglo XIX en maderas nobles y mármoles suntuosos. En otros, la diversidad cervecera es lo esencial. Y, por supuesto, el pub más pequeño de Dublín farda de ello. O sea, para gustos, pubs.
Dicho lo dicho, no seremos nosotros quienes nos atrevamos a orientarte. Puedes fiarte de este artículo o de esta lista, si quieres… Pero cada irlandés tiene lo que llama su local, su casa fuera de casa, y muchas veces no depende de que ofrezca música irlandesa famosa, cientos de cervezas distintas o fuera frecuentado por irlandeses famosos. Muchas veces es el que pilla más cerca.
Si quieres vivir una experiencia real, solamente tienes que olvidarte de tus expectativas y aprovechar tus paseos por la ciudad para meterte en el pub, o pubs, que te llame la atención, pedir algo y dejar que fluya. La cerveza (o el whisky, o el café irlandés o un agua, que también hay, no te creas) y la situación.
NO TE PUEDES PERDER: Peeero… Si eres un devoto de la Guinness, debes ir al origen. Todo lo que necesitas saber al respecto está en nuestro Qué hacer en Dublín: la sorprendente fábrica Guinness.
Todos los comentarios que quieras dejarnos acerca de ese pub que descubriste por casualidad o lo bien que lo pasaste en tal otro pub, te los agradeceremos en el alma.
También puedes contactar con nosotros si algo no ha quedado muy claro, o bien escribirnos a mail a blog@tubillete.com o llamarnos al 922 15 12 51 para que te ayudemos a diseñar el viaje a Dublín que mejor se adapte a ti.
