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Lisboa ha cambiado mucho, muchísimo en la última década. Siempre fue una ciudad cosmopolita, a su modo, pero el año pasado me pareció mucho más frecuentada por estudiantes y visitantes de todas partes del mundo. Por puro azar tuve la suerte de que mi estancia coincidiera con la fiesta de San Antonio.
La celebración de San Antonio en Lisboa es mucho más que una fiesta; es la manifestación más clara del carácter lisboeta, al margen de fados, bacalaos y saudades. Por eso, y aprovechando las bondades del clima de la capital lusa en junio, es el momento perfecto para darse una vuelta por la ciudad y conocer la faceta más festiva de sus habitantes.
Ojo, no te esperes un festejo de esos modernos… ¡Hablamos de una fiesta patronal en toda regla! Aquí te contamos lo que te vas a encontrar: En qué consiste la festividad, sus momentos más importantes y los lugares clave para no perderte nada y disfrutarla al máximo. ¿Nos acompañas?
Empecemos por el principio. San Antonio de Padua… Bueno, en realidad debería llamarse “de Lisboa”, porque el popularísimo santo franciscano nació en la ciudad del Tajo allá por los últimos años del siglo XII. Fernando de Bulhões (era su verdadero nombre) pronto encontró un hueco en el corazoncito de sus compatriotas y se convirtió en uno de los patronos de la ciudad.
Pero no te vuelvas muy loco buscando la iglesia de San Antonio en Lisboa. Está muy cerca de la catedral y se sitúa sobre el solar en el que estuvo la casa del santo. El famoso terremoto de 1755 destruyó la ermita original. No es que la actual, de estilo barroco, esté mal; pero es una iglesia más.
En realidad, la fiesta es mucho más interesante…
La conmemoración de la muerte del santo (que es lo que se recuerda en los días 12 y 13 de junio) dice mucho del carácter de los lisboetas, y de los portugueses en general. En este momento se manifiesta una forma de ser tranquila y modesta, así como el gran peso del barrio en la vida cotidiana de los habitantes de Lisboa.
Así que, si bien todo el mes de junio está impregnado de aires de celebración, los momentos culminantes de la fiesta se producen en torno a esos días: 12 y 13 de junio. Ya sabes para cuándo tienes que reservar vuelo y alojamiento (por cierto, una gran ocasión para aprovechar un vuelo directo desde Canarias) si no quieres perderte los momentos estelares.
¿Qué puedes esperar encontrarte en Lisboa esos días? Bueno, aún es un poco pronto para confirmar todos los eventos y actividades, pero más adelante no dejes de consultar Follow Me Lisboa, la revista que publica la mayor autoridad turística local. En todo caso, prepárate para ver las calles engalanada con flores, farolillos, guirnaldas, pequeños altarcillos y dos aromas muy específicos: sardinas y albahaca.
La sardina es un elemento que no puede faltar en Lisboa en la fiesta de San Antonio. De hecho, es prácticamente la protagonista: nada más típico que saborear unas sardinas asadas en cualquier puesto callejero (los verás por decenas) con una ensalada de pimientos y una cerveza.
También las verás este humilde pescado en cientos de pinturas, figuras y representaciones en cada rincón… Es el auténtico símbolo de la fiesta desde 2003, cuando se encargó el cartel de la festividad a un artista local; hoy domina la ciudad y cada cual se apaña para hacer suyo el símbolo.
¿Y lo de la albahaca? Bueno, tiene que ver con que una de las “especialidades” del santo es la de buscar esposo o esposa a los solteros que se lo piden. Y con que es la temporada de la albahaca, claro (la de hoja pequeña, que los portugueses llaman manjericão).
Así, menudean los puestos de macetas de albahaca con un clavel de papel y unos versos dirigidos al patrón, a veces muy cómicos. Encontrarás la misma planta adorando los altares de San Antonio. Si ves la figura del santo colgando boca debajo de algún balcón… No te extrañes y aprovecha, ¡es tu oportunidad, alguien está buscando pareja!
Si lo que quieres es no perderte los principales eventos asociados a las fiestas de junio de Lisboa, toma nota:
Se o bendito Santo António
este ano me casar
cá voltarei para o ano
pôr flores no seu altar
La idea básica es verbena, verbena y verbena. Las adoradas orquestas portuguesas, baile agarrao o sin agarrar, puestos de comida, carruseles, loterías, alguna hoguera… En fin, lo que viene siendo un jolgorio de pueblo, pero en plena capital.
Eso sí, te tocará moverte por toda la ciudad. Porque en estos días Lisboa recupera su nunca perdida vida de barrio, y cada uno organiza su propia fiesta, con su propio carácter.
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Ah, y si eres de los que, como yo, viajan comiendo y comen viajando, echa un ojo a Qué comer en Lisboa para sentirte un auténtico portugués.
