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Kiruna es un destino que seguramente nunca se nos hubiera ocurrido ir, y más si nos paramos a pensar que suelen estar a 25 grados bajo cero en invierno. Pero Javi había pasado su erasmus en Estocolmo y él ya lo conocía. Nos dijo que era precioso, así que decidimos organizar un viaje a la Laponia sueca de 4 días.
Decidimos ir en febrero, justo el fin de semana de después del Festival de la Nieve de Kiruna que se celebra todos los años. Con esto nos asegurábamos que hubiera suficiente nieve como para hacer todo lo que teníamos pensado hacer, pero con la ventaja de que los precios eran más bajos.
Kiruna es la ciudad más septentrional de Suecia y se encuentra de Estocolmo a una hora y media en avión. Nosotros hicimos noche en Estocolmo y volamos el día siguiente a Kiruna en el primer avión de la mañana, ¡No había tiempo que perder!. Las vistas desde el avión eran de un manto blanco lleno de bosques cubiertos por la nieve, ¡precioso!.
Al bajar del avión nos pusimos capa sobre capa mientras esperábamos que en el aeropuerto nos dieran los coches. Con las mejores ropas para aguantar el frío que nos esperaba fuera, alrededor de los 26 grados bajo cero, comenzamos la aventura.
La primero que nos llamó la atención, y que desde luego es una adaptación a esos duros inviernos, es que los coches llevan dentro un calefactor en la zona del copiloto que se activa cuando al aparcar, enchufas el coche a los postes que hay en prácticamente todos los parkings como si de un coche eléctrico se tratara. Esto evita que el coche se congele mientras está estacionado, y ¡créeme cuando te digo!, que es mejor enchufarlo si quieres que te arranque.
Nuestros planes en Kiruna eran visitar un pueblo sami, lo hicimos con Nutti Sámi Siida, allí pudimos ver de cerca renos y darles de comer, conocer sus costumbres, y probar su deliciosa gastronomía (carne de reno y crema de verduras) al calor de una buena hoguera dentro de un tipi típico.
Este hotel es una obra de arte esculpida en hielo todo él, puedes alojarte en el mismo, pero prepárate a pagar una buena cantidad de dinero si quieres hacerlo en las habitaciones de hielo y a pasar un poco de frío a pesar de las recias pieles y monos térmicos que te dan para dormir. Aunque si sigues pensando alojarte allí pero no quieres pasar frío también tienen una zona “caliente” con habitaciones normales, eso sí no tan bonitas como cualquiera de las que podrás visitar de hielo.
Entre las actividades que teníamos planeado hacer, si el tiempo lo permitía, era ver auroras boreales, y aunque no tuvimos mucha suerte ya que salieron nubladas las 2 noches, si pudimos ver en alguna zona no tan tupida de nubes pequeños reflejos de ellas pero sin el llamativo colorido. La mejor zona para verlo de Kiruna es en la estación de montaña de Atisbo, aunque informaros de las condiciones climáticas antes de ir porque si sopla mucho viento (como nos pasó a nosotros el día que fuimos) no abren la estación. La zona está en alto y es preciosa y también tienen un hotel donde puedes contratar un plan de cena y avistamiento de auroras.
Como fomentamos el turismo responsable, intentamos buscar una empresa que fuera respetuosa con los animales y tuviera en cuenta a sus animales no como medio de transporte sino como seres vivos que son, y dimos con Snowdog.
La actividad con ellos fue increíble y conocer al propietario más, un loco amante de su trabajo y enamorado de sus perros así como su personal, voluntarios que habían decidido ir a trabajar a bajas temperaturas pero al calor de sus peludos.
Hicimos una excursión por el bosque y un lago helado que fue una de las mejores rutas que he hecho por nieve. En el trineo íbamos dos personas y 5 perros, al principio un poco asustados porque no sabíamos si iba a ser fácil e inconsciente conducir dichos trineos sin tener mucha experiencia, pero antes de comenzar ellos te indican como conducirlo qué debes y no debes hacer, y sobre todo a qué debes estar atento para que tus perros no sufran.
Y para rematar nuestro viaje, nos fuimos siguiendo las indicaciones de nuestro amigo de Snowdog en búsqueda de alces. Y lo mejor, ¡es que los encontramos!. Conseguimos ver 5 ejemplares por los bosques. Fue un subidón de adrenalina brutal encontrarlos salvajes, tranquilamente, comiendo lo que fuera que crece bajo la nieve.
Se me congelo la cámara y no fui capaz de hacer fotos con ella, así que la única foto que tengo es con el móvil.
Recomendaciones. Si quieres podes disfrutar, no dudes en llevar ropa adecuada, no valen las botas del Decathlon que dicen aguantan hasta los -16ºC, si queréis de verdad estar calentitos y no sentir que vuestros pies se congelan alquilar ropa allí o aprovechar las ofertas que hay en outlet de marcas buenas y llevaros botas que aguanten hasta los -30º. Nosotros conseguimos unas Columbia por 45€ que nos salvaron de la congelación, merece la pena meterlo como gasto del viaje, al final es la diferencia entre disfrutar o estar metido en casa y en el coche todo el tiempo.
Lo que si os recomendamos que venden en el Decathlon son unos calienta manos, también podéis comprarlos en farmacia. Suelen ser de un solo uso, y aguantan bastante y podrás llevarlo dentro del guante y llevar las manos más calentitas.
Otra sugerencia es que si hacéis la actividad de trineos busquéis por favor un lugar de turismo responsable, son seres vivos, no coches inertes. Sienten, padecen, se hacen heridas, … haced caso de las instrucciones por favor.
Muchas gracias.
Si quieres saber más tienes todos los detalles en:
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