Casi cualquiera, incluso aunque nunca haya estado en Sevilla, te puede decir en menos de un minuto un buen puñado de cosas que visitar en Sevilla. Como para tenerte entretenido no un fin de semana, sino un mes enterito. Y seguramente todas merezcan la pena. Entonces, ¿qué elegimos?
La capital sevillana es uno de esos lugares para visitar en España que nunca fallan. Buen tiempo asegurado, muchísimo que ver y hacer, y un estilo de vida tirando a hedonista de esos que te atrapan sin remedio. Una vez en Sevilla, que ver no es un problema.
Una ciudad como esta, con semejante capital histórico, cultural y arquitectónico (y tanto arte, claro que sí) no nos lo pone fácil en una visita exprés; hay tanto que ver… Así que no te extrañe si ves que, cuando te contemos qué visitar en Sevilla, nos echamos al “bueno, ya que estamos aquí…”.
Cómo no, entre los lugares para visitar destaca la brutal Catedral de Sevilla. Brutal por tamaño (es la más grande del mundo en estilo gótico), riqueza arquitectónica y tradición. Aquí está la tumba de Colón, por ejemplo. Y de campanario, nada menos que La Giralda. De sevillanas maneras.
La catedral destaca entre los monumentos de Sevilla por haber conservado cierta impronta musulmana (de la original mezquita sobreviven La Giralda y el hermoso Patio de los Naranjos), haber integrado sucesivos estilos decorativos (renacentista y barroco, principalmente) y haber guardado un verdadero tesoro en términos de artes menores.
Atravesando el pintoresco laberinto, digo… barrio de Santa Cruz llegarás a los Reales Alcázares. También forma parte del Patrimonio de la Unesco, y es por algo: diez hectáreas de complejo palaciego con aportes islámicos, mudéjares, góticos, renacentistas, barrocos… Y espacios verdes dignos de un príncipe donde te querrás quedar a vivir.
Si Sevilla tiene un color especial, Triana ya ni te cuento. La otra Sevilla, la Sevilla de verdad, un pueblo dentro de la ciudad, hay decenas de denominaciones para este barrio al otro lado del río, y todas le encajan bien. El regusto más popular se sigue mascando en todos y cada uno de sus rincones, y sus habitantes lo saben.
El puente, San Jacinto, el mercado, calle Betis, los corrales… Hay prácticamente una Triana para cada viajero, la que cada cual descubre. Lo comprobarás en este blog y en esta lista de cosas que ver. Pero sea como sea, está entre los lugares que visitar en Sevilla bajo pena de excomunión turística.
Ya que vas, pasarás casi por fuerza por la Torre del Oro (junto a La Maestranza, mítica plaza de toros), así que aprovecha para visitar, o al menos admirar, esta hermosa torre defensiva almohade en su día cubierta de azulejo dorado. Si la miras fijamente e ignoras los alrededores, es como transportarse a Marrakech.
NO TE PUEDES PERDER: Si te ves inmerso en la heroica y calurosa epopeya de visitar Sevilla entre el 21 y el 27 de julio, suerte que tienes: es la Velá de Santa Ana, Triana se viste de fiesta.
Entre los imprescindibles en Sevilla está uno de los lugares más fotografiados de España. Y es que parece un escenario. Construida para la Exposición Iberoamericana de 1929, este semicírculo porticado supera, con su espacio abierto y su canal (y sus barquitas), más de 50.000 metros cuadrados.
Escenario de las más variopintas películas y de romances particulares de todo tipo y condición, la Plaza de España acoge también los icónicos bancos azulejados en los que cada uno buscamos, casi por instinto, el que representa nuestra provincia. Ah, y la iluminación nocturna es sencillamente magnífica.
La plaza forma parte (y, de cierta manera, “abraza”) el Parque de María Luisa. Todo un refugio en plena Sevilla, especialmente en verano, plagado de jardines, glorietas, esculturas, templetes, fuentes y estanques. Si ya no sabes qué ver en Sevilla en dos días, siempre puedes gozar del dolce far niente bajo su sombra.
¿Vamos cansados? Pue aún queda mucho que visitar en Sevilla… Entre todo ello, La Alameda. Esta emblemática avenida es jardín público, espacio comercial y zona de ocio nocturno, todo en uno. Y, en los últimos tiempos, epicentro trendy de la ciudad. No es raro, por tanto, que sea unas de las zonas más frecuentadas de Sevilla.
Aquí conviven las columnas romanas con las terrazas de tapeo, los locales de negocio más chics con las discotecas más de moda. Ubicado entre los muy castizos barrios de San Lorenzo y San Gil, siempre tienes la alternativa de callejear descubriendo palacios barrocos o mercados tradicionales.
Y si ya te va apeteciendo algo más tranquilo y menos urbano, a media hora a pie tienes el Parque del Alamillo, en la isla de La Cartuja. Aquí se dan cita la tradición de la huerta andalusí, el espíritu más agrario y los nuevos usos lúdicos en sus naranjales, su cortijo y sus instalaciones para deportes fluviales.
Pero es que la ciudad rebosa de lugares y eventos para disfrutar a lo largo de todo el año. Y, si no hay nada, sólo pasear por Sevilla ya es, como dice el tópico, una maravilla.
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Cuidado, que como Sevilla te atrape, ya no hay marcha atrás…
Ah, ¿qué vienes con peques? Tampoco es problema. Mira, Qué hacer en Sevilla con niños, pensado específicamente para visitar la ciudad sin que los chavales se aburran como ostras; ni tú tampoco.
De las exposiciones que conmemoran la primera vuelta al mundo hasta las Setas, verás aquí unas cuantas opciones para sacarle todo el partido a la ciudad, pero en miniatura.