Conocemos gente que ha vivido en Granada toda su vida y no la conoce del todo. Cierto es que alguna gente no se entera ni de dónde pisa, pero es que hay mucho que ver en Granada; puede sonar a tópico, pero es la pura verdad.
Así, nos vemos en un dilema a la hora de escribir este texto. ¿Un viaje a Granada de fin de semana para ver lo más importante o lo de siempre? ¿O una opción con todo lo bueno de ese plan, pero sin ninguno de los inconvenientes?
Lo has adivinado: vamos a contarte qué ver en Granada en dos días, pero no lo que encontrarás en los otros veinte millones de artículos al respecto. Ni Generalife, ni tapas, ni Alpujarras. Hablamos de lo mismo, pero no decimos lo mismo.
Me diréis que la Alhambra y el Albaicín son lo primerito que ver en Granada. No te digo que no, pero la Fortaleza Roja necesita una visita por sí sola, y el Albaicín… La verdad es que hay otro barrio muy cerquita con los mismos encantos, pero menos mediatizado por el turismo. Ese es el Realejo.
Sobre un barrio de esos que encuentras en cualquier sitio (de no ser por la obra del Niño de las Pinturas en la calle Molinos) se eleva la vieja judería, con todos los elementos que quieres encontrar cuando vienes a Granada. ¿Miradores? La Puerta del Sol. ¿Parques? El Campo del Príncipe. ¿Iglesias con aire de mezquita? San Matías. ¿Cármenes? El de los Mártires, nada menos.
Entre que sus intrincadas calles, placetas y escaleras están bastante tranquilas, que mantiene la identidad local en todo lo alto y que abajo se come de miedo, el Realejo es una referencia obligada que visitar en Granada. Comprobado.
Visitar Granada significa, también, acercarse a su lado más “español”, por así decir; ese casco histórico que puede verse en muchas otras ciudades de la península; y, de hecho, y salvo algunas excepciones, el centro recuerda mucho a ciudades como Madrid, Salamanca o Valencia.
Aquí está, cómo no, la catedral, una maravilla renacentista. La Gran Vía, esa arteria tan del novecentismo que termina en el monumento a Isabel la Católica. Un rosario de edificios religiosos (con la Capilla Real a la cabeza) y universitarios, un par de jardines (la Trinidad y el Botánico) estupendos y algunas muestras del urbanismo “normal” (el Corral del Carbón, la plaza de las Pasiegas).
Pero son la Alcaicería y la plaza Bib-Rambla lo que mejor representa el centro. La primera procede del mercado árabe de la seda, y sus estrechísimas calles siguen siendo lo que hoy llamaríamos un “centro comercial abierto”. La segunda es, simplemente, una plaza. Una de esas que están vivas, donde se pasea, se tapea, se echa la tarde y, cuando hay algo, se celebra.
NO TE PUEDES PERDER: Se nos olvidaba una cosa de esas que ver en Granada y en ningún sitio más: la Madraza. La vieja escuela islámica, hoy centro cultural de la UGR, simplemente no te la esperas.
Entre los monumentos de Granada más olvidados (junto a la muralla zirí) está la hermana pequeña de la Alhambra: Alhorra. Se encuentra en el “lado oscuro” del Albaicín (el más lejano a la Alhambra) y es… Es un precioso palacio árabe, con raíces en el siglo XI y empleado por el primer gobernador cristiano de la ciudad.
Dar al-Horra (la Casa de la Honesta, quiere decir, en honor a la madre de Boabdil, que lo habitó) no es ni de lejos el monumento más popular que ver en Granada. Sin embargo, te permite revivir las sensaciones de intimidad, frescor y serenidad tan propias de las viviendas aristocráticas islámicas.
Entre todos los sitios para visitar de España, Granada se distingue por su patrimonio islámico, y por la confluencia cultural que se da en ese patrimonio entre “lo moro” y “lo cristiano”. Pues eso no se ve sólo en la Alhambra, también aquí (y, si te fijas, en casa esquina granadina).
Anda, que no habrá cosas que ver en Granada, como para tener que salir… Pues mira, nos ha dado por ahí. Y no vamos ni a Sierra Nevada ni a Las Alpujarras (pero por los pelos), que nos vamos a Guadix, una joyita nunca suficientemente ponderada.
Ubicada a 55 kilómetros de Granada, Guadix tiene una historia larguíiiisima, y un patrimonio arquitectónico y urbanístico que lo respalda. Aquí encontramos, en sus distintos barrios, esencias medievales tanto islámicas como cristianas, los aires típicos de las villas castellanas del Siglo de Oro y la impronta del desarrollo contemporáneo.
Pero los elementos que la hacen destacar entre tantos otros pueblos bonitos de Granada son su alcazaba árabe, que para sí quisieran muchas otras ciudades; la monumental Catedral de la Encarnación; su excepcional patrimonio arquitectónico civil, con abundantes palacios y conventos de los siglos XV y XVI; y, ante todo, sus peculiares casas-cueva, que siguen habitadas en la actualidad por unas 4500 personas.
No te apures, que seguro que encuentras tiempo para ver mucho más de lo que crees.Nosotros te lo ponemos fácil con nuestros excelentes precios en vuelos, hoteles, alquiler de vehículos, entradas… Contacta con nosotros, ya verás.
Los mejores viajes son esos en los que tú solamente te dedicas a viajar.
Para una atención más personalizada, contacta por nosotros por teléfono llamando al 922 15 12 51 o enviando un mail a blog@tubillete.com y responderemos todas tus dudas.
Granada y sus mil caras seguirán ahí, esperando tranquilamente a que vuelvas.
El complemento imprescindible para este artículo es este otro: Qué hacer en Granada en una corta escapada.
Allí te hablamos de algunos de los grandes atractivos de una de las ciudades más atractivas de España.