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Este es un artículo para los más golosos. Y para quienes aman las tradiciones gastronómicas. Bueno, y para los foodies. Y para los curiosos que siempre quieren saber más. Y claro, para los que no saben qué llevarse de recuerdo. En fin, para todos; porque la tarta de Santiago es para todos.
Postre típico donde los haya, con mucha personalidad y más sabor todavía, la tarta de Santiago tiene un huequecito en el repertorio sentimental de todos los españoles y de cualquier ser humano que haya hecho el Camino de Santiago. Ahora, hazle también un huequecito en tu estómago, y vamos allá.
La tarta de Santiago, también conocida como “torta compostelana”, es sin lugar a dudas una de las señas de identidad de Santiago y de toda Galicia, gastronómicamente hablando. Como no podía ser de otra forma, cuenta con Indicación Geográfica Protegida; así que no cualquier tarta es la auténtica…No está claro el origen de este bizcocho, aunque algunos creen identificarla en la mención que hace un visitante de la universidad allá por 1577 de una “torta real”. El caso es que en el siglo XVIII ya se encuentra en el repertorio de las casas distinguidas (la almendra no era precisamente un producto básico por entonces…).
La incorporación de la decoración de la cruz a la tarta de Santiago casera la hacen en Casa Mora en 1924. Desde entonces, tenemos la tarta completa tal y como la conocemos: redonda, algo granulosa por dentro, dorada por fuera y con su azucarada marca de identidad en lo alto.
RECUERDA QUE: ¿Estás buscando una tarta de Santiago sin gluten? Pues no busques más, porque la receta original (sin bases) no tiene; así que… ¡Prepara la mandíbula!
La verdad es que la receta no podría ser más fácil: pocos ingredientes y elaboración sencilla. Que te quede bien ya es cuestión de práctica.
Vamos con los ingredientes. Digamos que la tarta ha de incluir un tercio de cada uno de los tres principales, y el resto en realidad va según el gusto de cada cual:
Y ya. Ahora, la preparación de la tarta de Santiago:
¿Era fácil o no?
NUESTRO CONSEJO: Para ganar en esponjosidad, el truco es montar las claras. Pero ojo, atento al consejo: mezcla las claras con las yemas antes de incorporar, o será inmanejable.[caption id="attachment_17502" align="alignnone" width="1030"]
A día de hoy hay muy pocos productores oficiales. Aquí se señala que hay 13, pero en la web oficial figuran solamente nueve obradores autorizados. Se encuentran en diversos puntos de Galicia, la gran mayoría en la provincia de A Coruña (solamente hay un representante de Ourense, y otro de Pontevedra).
Varias casas están ubicadas en los alrededores de Santiago y sus productos se encuentran con gran facilidad en la ciudad. Es el caso, hablando de marcas comerciales, de A Santiaguiña, Botafumeiro (en Cacheiras, Teo), La Abuela (Castrofeito, O Pino) y Lestedo (en Lestedo, Boqueixón).
¿Y en Santiago ciudad? Pues claro. Los herederos del obrador que añadió la cruz, hoy conocida como Pastelería Mercedes Mora, tiene la tarta como una de las especialidades de la casa (con todo merecimiento). Encontrarás el establecimiento en la céntrica rúa do Vilar 50. Es algo así como el templo de la Tarta de Santiago…
Y, aparte de tarta, ¿qué comer en Santiago de Compostela? Porque, si algo caracteriza la conocida como dieta atlántica, es una sana contundencia. Algo te contamos ya de esto cuando te hablamos de Dónde comer en Vigo una buena mariscada.
Y es que, en realidad, la gastronomía compostelana es en buena medida la de toda Galicia, con su empanada, su pulpo, su caldo, su churrasco, su marisco, su embutido, su vino y su aguardiente. De hecho, en Santiago encontrarás (si sigues leyendo los verás) algunos de los mejores lugares para degustarla.
Es más, si nosotros fuéramos tú, aparte de probar un par de restaurantes, haríamos dos cosas esenciales para entender una cultura a través de la alimentación: ir a un mercado (para ser exactos, al céntrico Mercado de Abastos) y hacer una ruta de vinos por el casco antiguo, para probar un poco de todo.
En Santiago es complicado dar referencias, porque en todas partes se come bien. Dicho esto, todos tenemos nuestros favoritos… Estos son los nuestros:
Seguro que tienes un comentario en la punta de los dedos sobre la tarta… ¡Adelante, somos todo oídos!
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