¿No has oído hablar de las fiestas de Sant Joan en Menorca? Es uno de esos festejos patronales donde raigambre, espectacularidad y diversión se dan la mano para generar momentos únicos, de esos que no hay que perderse.
Aunando tradición y emoción, una sencillez aparente y unos significados profundos, unas raíces rústicas y una estética arrebatadora, las fiestas de Sant Joan de Ciutadella son a Menorca lo que las Fallas de Valencia a la Comunidad Valenciana.
Hay fiestas similares por todo el territorio, pero estas son las esenciales.
De hecho, en nuestro reciente post sobre Los rituales más curiosos de la Noche de San Juan nos guardamos este as en la manga porque estas fiestas merecen mención aparte.
Así que allá vamos: en este post os contamos lo esencial para entenderlas, los detalles prácticos indispensables y un puñadito de consejos. ¡El Sant Joan 2019 promete!
Las de San Juan destacan entre las fiestas de Menorca por el hondo calado que han tenido en la población desde… bueno, quizás desde siempre.
Cierto es que la fiesta conmemora el nacimiento de San Juan Bautista, pero a nadie se le escapa que la mágica fecha oculta detrás un complejo trasfondo de cultos paganos.
En el caso de las fiestas en Menorca, el lado agrario de estas tradiciones es el más relevante.
Aquí la presencia del fuego o del mar no es tan relevante como en otras partes de España o del globo, y sí lo son las de los animales, y muy especialmente los caballos, así como de algunas plantas.
El caso es que la fiesta que hoy conocemos hunde sus raíces en el siglo XV, cuando la isla era una tierra remota y tranquila de agricultores y pescadores cuyos abuelos aún recordaban la presencia islámica.
El carácter medieval de la fiesta es innegable, y lo milagroso es que se haya preservado tan bien hasta hoy.
¿Y qué hace las fiestas de Sant Joan de Menorca tan memorables? La mejor forma de explicarlo es contar lo que ocurre día a día en Ciutadella, el epicentro de la celebración, en esas tres jornadas.
El domingo anterior a los días 23-24 de junio empieza todo con la reunión de la Junta de Caixers, que representan los distintos estamentos medievales (nobleza, clero, artesanos y campesinos).Todos velan por la buena marcha de la fiesta y tienen atribuciones muy claras. El fabioler, otro personaje fundamental, da el pistoletazo de salida a las fiestas con el fabiol (una flauta de tres agujeros).
Los Caixers van en comitiva con otras autoridades hasta el ayuntamiento, pero el personaje central es l’homo des be. Vestido con piel de oveja y portando un cordero al hombro, representa la figura de San Juan Bautista. La música (el jaleo) y el lanzamiento de avellanas se adueñan de las calles.
Aunque no debiera, es el día grande de la fiesta. A las dos de la tarde, el fabioler, en mula, pide permiso ante el palacio del caixer senyor para iniciar la Cabalgada.
Los cavallers (que tampoco puede serlo cualquiera ni de cualquier manera) serán los protagonistas de la jornada, con sus sobrios trajes negros y sus hermosos caballos.
Tras saludar ante el Hospital Municipal viene el primer plato fuerte: el Caragol des Born, en la plaza homónima, tres raudas vueltas rememorando el saludo al gobernador de la isla antes de ir a misa a la ermita de San Juan de Missa.
Volverán a la ciudad tras ponerse el sol, siempre con la música del fabioler acompañando sus pasos.
Luego vienen las Carreras (tres veces de la Catedral a la Plaza Nueva) y el Caragol de Santa Clara, por el trazado urbano, entrando en el Convento de Santa Clara y en casa de los vecinos que consientan y quieran acariciar a los animales.
Es sin duda el momento culminante del Sant Joan en Menorca.
Si todo ha ido bien, la noche habrá sido larga y habrá estado llena de música, avellanas y pomada (bebida típica de menorca).
Pero hay que estar listo temprano; el fabioler toca al alba y a las ocho empiezan las actividades.
La misa de los Caixers en la catedral por la mañana y los impresionantes juegos medievales de Es Pla de Sant Joan (la explanada), por la tarde.
Si el fabioler es quien marca el ritmo durante toda la fiesta, es indispensable estar atento a sus toques en Es Pla para disfrutar sin peligro de los juegos a caballo.
Y hala, ya solo queda cerrar la fiesta; cuando los caballeros acompañen al caixer capellà a su casa, con el fabioler cerrando la comitiva, todo habrá terminado… Hasta el año que viene.
Casi nadie de los que van a la fiesta saben exactamente cuál es el origen de la misma, aunque esté a la vista de todos: es una reproducción de la romería entre Ciutadella y Sant Joan de Missa en la que algunos hombres (los caixers) pedían dinero a los romeros.
En este enlace tienes una serie de datos prácticos que te serán muy útiles si asistes a los festejos: programa, transporte, localizaciones, zonas de riesgo (es que la ciudad se llena que no veas…).
Además, aunque no haría falta decirlo, hay una serie de recomendaciones básicas para que todos podamos disfrutar de la fiesta.
No estorbar a los caballos (por la seguridad de todos), ir calzado adecuadamente o tirar las avellanas sin ánimo de hacer daño son algunas de esas recomendaciones que conviene tener en cuenta.
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