Ruidos, inclinaciones, turbulencias. La perspectiva de pasar horas encerrados en el aparato, o que simplemente el suelo está tan lejos… Tenemos mil razones para desarrollar el miedo a volar. Y no es nada fácil deshacerse de él, os lo aseguro.
El miedo es libre, como dijo aquel, y no podemos ponerle riendas y controlarlo así como así (o todos lo haríamos y no existiría tal miedo). Algunas cosas son un gran reto, como superar el miedo a volar, sin ir más lejos. Todos sabemos que el avión es la forma más segura de viajar, pero aún así…
Aún así, aunque se sepa y se diga, muchos tenemos dicho miedo (o preocupación). Si eres una de esas personas, has de saber que es posible hacerlo desaparecer, remediarlo o, al menos, mantenerlo bajo control. ¿Quieres saber el porqué de este miedo, entenderlo mejor y algunas formas para perderlo? Sigue leyendo...
Antes de nada, hay que decir que el miedo a volar en aviones es, aparte de una de las fobias más comunes, algo completamente lógico (y a volar en general, sin aviones ni nada de por medio, más lógico todavía). Se conoce como aerofobia y la sufre una de cada tres personas.
Acerca de las causas, son múltiples. Puede tener que ver con otras fobias (claustrofobia y acrofobia principalmente). Puede deberse a experiencias negativas, como un viaje lleno de turbulencias o noticias de un accidente. A veces se relaciona con la sensación de falta de control de la situación o con la desinformación acerca de cómo funciona un avión.
El miedo a volar se manifiesta en forma de ansiedad, ataques de pánico o malestar físico (náuseas, sudoración, alteraciones gastrointestinales, taquicardia…), durante la experiencia de vuelo o en los prolegómenos (y en algunos casos desde mucho antes).
Como buena fobia, el miedo a volar escapa a toda racionalidad, o casi. En los casos extremos nos impedirá incluso acercarnos a un avión. Así, puede tener implicaciones muy negativas para nuestra vida normal, si tenemos un trabajo que nos exige viajar lejos y rápido o queremos hacer viajes largos.
El mejor ataque es una buena defensa; si conseguimos que no aparezca el miedo a volar, mejor que mejor. ¿Cómo conseguirlo?
Esto funciona en los que podemos denominar casos leves, en los que apenas se produce una cierta ansiedad. Si no podemos controlarlo con estas sencillas medidas, es necesario perder el miedo a volar con intervenciones más profundas.
NUESTRO CONSEJO: Hay quien dice que una preparación adecuada del viaje reduce los niveles de estrés y ansiedad, lo que repercute positivamente en las personas con aerofobia en el momento de afrontar el trance. No cuesta nada probar. Utiliza nuestra lista de 20 consejos para viajar seguro.
Hay personas que necesitan saber todo lo posible respecto a las cuestiones técnicas y mecánicas de los vuelos comerciales y de los aviones para sentirse más seguros. La educación en estos casos es fundamental. Si es tu caso, enhorabuena, cuanto más aprendas, antes verás que no hay nada que temer.
Otra de las formas más habituales de “curar” el miedo a volar es la exposición, basada en lo que se llama terapia cognitiva-conductual. O sea, se pone a la persona de forma lenta y gradual en la tesitura de volar, para que compruebe que no hay mayor riesgo y se habitúe. Hoy se usan muchas herramientas virtuales.
TIP VIAJERO: De hecho, hay quien usa la realidad virtual no como remedio a su miedo a volar, sino para evadirse de la realidad circundante. ¿Usar la VR en pleno vuelo? Quizás sea el futuro…
La hipnosis es otro recurso que se ha utilizado con cierta frecuencia para intentar paliar los efectos de la aerofobia. En este caso no estaríamos hablando de una “cura” verdadera, sino de producir una sugestión o autosugestión que permitiese al “enfermo” afrontar un vuelo con normalidad.
Si todo lo demás ha fallado… Se puede mitigar el miedo a volar con pastillas, es decir, empleando tratamientos farmacológicos. Los psicofármacos no eliminan el miedo, sino que lo inhiben, induciéndonos un estado de relajación o somnolencia, según se trate de ansiolíticos o somníferos.
RECUERDA QUE: Sobra decir que debes consultar a tu médico antes de tomar cualquier medicación, y que la mayoría de estas no son compatibles con el consumo de alcohol o las actividades que requieran atención y psicomotricidad fina. O sea, que te dejan un poco alelado.
El miedo a volar es una limitación indeseable a nuestra libertad y movilidad, y esperamos de veras que puedas librarte de él o, al menos, de poder dominarlo. Si crees que podemos ayudarte de alguna manera o aclararte alguna cuestión, no dudes en contactar con nosotros.
En todo caso, hay muchas alternativas, y en Tubillete nos las sabemos todas: románticos viajes en tren, rincones secretos más cerca de lo que crees, rutas fluviales alternativas… Podemos diseñar un viaje increíble para ti, llámanos por teléfono al 922 15 12 51 o mándanos un correo electrónico a blog@tubillete.com e infórmate.