Cómo sobrevivir a un vuelo de larga duración

20/7/2018
Consejos Viajeros

¿Cómo sobrevivir a un vuelo de larga duración? ¡Imagina pasar 17 horas a bordo de un avión! Esto es lo que dura uno de los vuelos comerciales más largos del mundo. La ruta Londres-Perth (desde Reino Unido a Australia), recorre más de 14.000 kilómetros sin escala. Aunque este tipo de vuelos aún son poco habituales, sí es común pasar más de cuatro, cinco y hasta 10 horas en un avión, especialmente en trayectos a Asia o América.

Aunque cada vez es más cómodo volar, en TuBillete.com entendemos que no está de más ofrecer algunas pautas para sobrevivir a un vuelo de larga duración.

Para empezar, te recomendamos cambiar algunos hábitos en los días previos a tu vuelo, especialmente en los intercontinentales. Si tu viaje es de este a oeste –por ejemplo de Madrid a Nueva York-, intenta irte a la cama unas horas más tarde de lo habitual. En cambio, si tu trayecto es de oeste a este, procura dormir un poco antes. Si haces esto dos días previos al viaje, la sensación de ‘jet lag’ será menor.

Adecua tus hábitos de sueño días antes del vuelo.

Otro consejo para los días previos. Evita las comidas copiosas, no suelen ser buenas aliadas. Si se juntan con los nervios –o emoción- del viaje pueden generar algún dolor o ardor de estómago. Ensaladas, verduras, pescado… opta por este tipo de alimentos. Además, así dormirás mejor.

Aliméntate de forma adecuada y poco copiosa.

Al adquirir tu billete, plantéate seleccionar un asiento más ancho. Las salidas de emergencia suelen tener un precio algo más elevado, pero merecen la pena porque te permiten estirar mejor las piernas. Algunas compañías, como Air Europa, ofrecen ‘butacas’ XL que pueden ser una buena opción.

En la medida de lo posible, sube al avión con ropa cómoda. Que no haya malentendidos: ¡no viajes en pijama! Pero será mejor llevar prendas holgadas. Evita la licra, los vaqueros tipo ‘skinny’, tacones… Si tienes una cita o una reunión al aterrizar, siempre habrá tiempo de cambiarse en el aeropuerto.

Por fin nos sentamos y la pregunta del millón: ¿qué hacemos todas esas horas ‘muertas’? Si viajas con ordenador, ‘tablet’ o, incluso, un libro, se te pasará mucho más rápido. Avanza en esa novela que tenías olvidada, organiza el itinerario del viaje o disfruta de tu serie o película preferida descargándotela previamente en Netflix, HBO o cualquiera de las nuevas plataformas de ‘streaming’.

Cada vez son más las aerolíneas que incorporan wifi. Norwegian ha sido una de las pioneras, con internet gratuito en todos sus vuelos. Aunque en muchas compañías esta prestación es de pago, algunas ofrecen un programa de entretenimiento a bordo con películas, programas de TV, juegos, música y prensa. Este sistema, disponible por ejemplo en Iberia o Air Europa, también es gratis. No te podrás conectar a WhatsApp, pero sí pasar un rato agradable con su carta de ocio.

Ver película o series  es una buena opción para entretenerte durante el vuelo.

Para combatir con la monotonía también puedes valerte de remedios de toda la vida. Juegos de mesa o cartas harán que el tiempo vuele –literalmente-. Una partida al Monopoly ‘Edición viaje’ o cualquier otro tablero harán que seis horas de viaje se reduzcan rápidamente a la mitad.

Por último, hacemos hincapié en el bienestar físico. Si es vital beber mucha agua en tierra, en el aire esta recomendación es aún mayor. Los cambios de altura y presión están más que controlados en un avión, sin embargo, puedes ayudar a tu cuerpo a hacerlos más llevaderos hidratándote bien. Evitarás el cansancio excesivo que generan muchos vuelos.

Hidrátate de forma adecuada durante el vuelo.

Recuerda también levantarte de vez en cuando de tu asiento. Algunas compañías, incluso, recomiendan hacer pequeños ejercicios. Ponerse de puntillas durante unos segundos, flexionar las rodillas al pecho –repitiendo este movimiento unas diez veces-, dibujar círculos con los tobillos… son algunas alternativas.

Si sigues estos consejos te aseguramos que tendrás una experiencia más llevadera. Y si tienes mascota... descubre cómo volar con tu mascota sin imprevistos. El mundo es muy grande y hay que descubrirlo así que… ¡a volar!

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