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La primera vez que oí hablar de Puerto Madero fue con esta canción de Kevin Johansen. No sería hasta varios años después que pondría los pies en ese carismático barrio bonaerense, aunque la canción seguía entonces resonando en mi cerebro más fuerte que nunca.
Esta zona de historia corta, agitada e impredecible (muy en la línea argentina en ese sentido) se ha convertido en los últimos quince o veinte años en una de las más atractivas de la ciudad de Buenos Aires, tanto para los locales como para los visitantes. ¿Por qué?
Eso es lo que vamos a contarte en las siguientes líneas: los orígenes de Puerto Madero y su evolución hasta lo que es hoy en día; sus muchas opciones de ocio turístico; y algunos datos prácticos y referencias que te vendrán muy bien cuando lo visites.
Puerto Madero fue el ambicioso proyecto de un empresario que, a finales del siglo XIX, soñaba con un puerto para la ciudad a la altura de las circunstancias. El empresario se llamaba Madero, y su acariciado y complejo proyecto con cuatro diques, dos dársenas y una isla artificial de 350 hectáreas se hizo realidad entre 1887 y 1898.En apenas diez años, el puerto estaba obsoleto, y en 1919 fue definitivamente sustituido por el llamado Puerto Nuevo, al norte. Puerto Madero y sus depósitos, almacenes, silos y galpones quedaron abandonados, ajenos a muchas intentonas de rehabilitación, hasta 1989: el momento de la llamada Desafectación.
La reurbanización de la zona y el reciclado de viejas instalaciones daría lugar a un espacio donde se mezclan restaurantes, oficinas, viviendas, monumentos, centros culturales y zonas ajardinadas. Está a un paso del centro y con el Río de la Plata al otro lado. El éxito no se hizo esperar, y fue arrollador.
Hoy, el barrio es uno de los más codiciados por los bonaerenses para vivir, y el precio del metro cuadrado así lo confirma. La instalación de numerosas empresas nacionales e internacionales, así como la proliferación de enclaves culturales y de ocio, redundan en la misma idea.
Cuando llegamos de la ciudad por cualquiera de los puentes (el de la Mujer, de Calatrava, es el más emblemático) que atraviesan la Dársena Sur entramos en un Buenos Aires distinto. Todas las calles llevan nombres de mujeres ilustres. Los amplios jardines contrastan con los rascacielos. Los restaurantes alternan con hoteles de lujo y viejas instalaciones reconvertidas.
Al este, hacia el río, la Reserva Natural es uno de esos milagros inesperados, fruto del abandono institucional, la especulación inmobiliaria frustrada y la improvisación. Esta especie de “patio de atrás” del barrio contribuye mucho a hacerlo uno de los sitios más agradables de CABA.
Puerto Madero es sólo una pequeña parte de la enorme (en todos los sentidos) Buenos Aires, así que sería interesante que echases un ojo a Qué ver en Buenos Aires en dos días y a 5 cosas diferentes que hacer en Buenos Aires para tener una visión más amplia de todas tus opciones en la capital argentina.
Dicho esto, aquí tienes dos grandes posibilidades, perfectamente combinables entre sí: visitar algunos de los espacios más destacados de la zona o dedicarte, sencillamente a pasear y disfrutar del ambiente.
Tres elementos que, a nuestro juicio, merecen la pena:
En cuanto a la excursión perfecta, simplemente déjate llevar, de norte a sur o de sur a norte, atravesando los puentes una y otra vez. Eso sí, procura pasar por el Paseo de la Gloria, el Parque Micaela Bastidas y la Fuente de las Nereidas, además del Patio Gastronómico de Rodrigo Bueno.NO TE PUEDES PERDER: Puerto Madero, Buenos Aires, historia… Si te gusta reencontrarte con el pasado de la ciudad, alarga tus pasos del Yatch Club a la Costanera, pasando por el monumento al Plus Ultra.
Nada más sencillo. La estupenda ubicación del barrio, a la espalda de la Casa Rosada, con Retiro, San Telmo y La Boca como escoltas, no hace sino animar a todo visitante a acercarse hasta aquí en una o varias ocasiones durante su estancia.
Ah, que estás de paso o te quedas apenas unas horas, porque has dado con unos vuelos baratos a Buenos Aires para recorrer Argentina o todo el Cono Sur… Tampoco es problema, especialmente si usas el aeropuerto de Buenos Aires más cercano al barrio, Jorge Newbery, orientado a vuelos nacionales.
Desde el llamado comúnmente Aeroparque te plantas en la Dársena Norte en 20 minutos en taxi, o en media hora en transporte público. Es la escapada perfecta para aprovechar una escala, unas cuantas horas de espera entre vuelo y vuelo.
Los hoteles y restaurantes forman parte fundamental del paisaje del barrio, en el que están perfectamente integrados. Los primeros son espectaculares construcciones con precios bastante exclusivos, mientras los segundos presentan una oferta variada y de alto nivel.
Hilton, Alvear, Madero y Faena son los hoteles en Puerto Madero que todo el mundo conoce, los más emblemáticos, pero hay varios otros con un carácter marcado: ZenCity, Jaime III y Torres del Yacht también están en el meollo del barrio.
Hablando de restaurantes en Puerto Madero, es imposible hacer una lista; depende tanto de los gustos de cada cual… Distintos ambientes, distintas propuestas gastronómicas y distintos precios, para que todos podamos comer en el barrio a nuestro aire.
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