El silbo gomero: la tradición que resurge

23/5/2019
Qué hacer

Nos encantan las Islas Canarias, no vamos a negarlo. Tampoco vamos a ponernos aquí a versar las muchas maravillas de La Gomera (entre otras cosas, porque ya lo hemos hecho antes… Qué ver en La Gomera: 6 enclaves mágicos).

No obstante, personalmente hay un par de elementos que me fascinan de la cultura tradicional gomera: el salto del pastor y el silbo gomero.

Del salto hablaremos otro día. Hoy vamos a concentrarnos en el silbo, esa ancestral técnica comunicativa que, en los tiempos del Whatsapp, nos deja estupefactos.

En su larga historia ha conocido sus altos y sus bajos; el último bache casi acaba con él, pero por fortuna los isleños (porque en El Hierro también se silba, que conste) han sabido preservarlo contra viento y marea.

A ver si en tu próxima visita a las Canarias y más concretamente a La Gomera puedes aprovechar para acercarte a la tradición del silbo gomero, conocerla mejor (porque es como conocer mejor a los gomeros y su forma tradicional de vida) y, quién sabe, hasta aprender un par de silbidos, aunque sea de forma rudimentaria…

En qué consiste el silbo gomero

Si tenemos que dar una definición del silbo gomero, diríamos que es un lenguaje silbado que reproduce la lengua castellana bajo otro código: el silbido. O, más bien, diferentes silbidos, claro.

Es una forma eficaz de comunicar ideas mas o menos claras (unos 4000 conceptos distintos) a grandes distancias (hasta tres kilómetros).

Básicamente, maneja los mismos “principios” fonéticos que cualquier lengua: contrastes entre sonidos continuos e interrumpidos, y entre sonidos graves y agudos. Así, de esta combinación resultan un par de vocales (“e/i” y “a/o/u”) y cuatro consonantes (“ch”, “y”, “k” y “g”). Con estos sonidos se han apañado la mar de bien los habitantes de La Gomera durante siglos.

Bueno, se han apañado sobre todo cuando las distancias y la complicada orografía de la isla, les han impedido hablar de una manera “normal”.

¿Par qué cruzar barrancos y barrancos si puedes silbar un mensaje? Los pastores han sido los principales usuarios de este lenguaje, y a ellos debemos su subsistencia hasta el día de hoy.

Un sistema de mensajería tan impresionante no podía pasar desapercibido a nuestros amigos de la Unesco, que en 2009 declararon el silbo gomero Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

A continuación te dejamos el vídeo oficial de la misma institución para que puedas hacerte una idea de como suena y lo impresionante que resulta escucharlo en los sobrecogedores paisajes gomeros.

Un lenguaje ancestral que vuelve a la actualidad

Por suerte para todos, las autoridades canarias estuvieron más ágiles que la Unesco, porque diez años antes, en 1999, comenzaron a promover la enseñanza del silbo en las escuelas de la isla.

Y no era tarde, porque las modernas facilidades de comunicación habían puesto en serio peligro de desaparición al silbo, que apenas manejaba un puñado de personas.

Esa promoción en las escuelas fue decisiva. Es ahora, tras veinte años, cuando podemos empezar a hacer balance con cierta perspectiva.

Difícil será reconocer a hombres como Isidro Ortiz, Lino Rodríguez, Francisco Correa y otros maestros silbadores que supieron guardar y transmitir esta tradición tan desprestigiada, cosas del progreso, en la segunda mitad del siglo XX.

En los últimos días el silbo gomero vuelve a estar de actualidad gracias a la película La Gomera de Corneliu Porumboiu, que compite en la sección oficial del Festival de Cannes 2019, en un contexto inesperado: como la herramienta comunicativa de un preso en una cárcel rumana. No lo tendrá fácil, se bate el cobre con realizadores de la talla de Jarmusch, Almodóvar o Tarantino…

Así es como el silbo gomero, que sirvió a los belicosos guanches de La Gomera desde mucho antes de la conquista castellana, a los pastores canarios tras la llegada europea, y en ocasiones a quienes necesitaron comunicarse de forma velada (contrabandistas, guerrilleros y afines), lleva camino de conocer una nueva edad de oro.

Pon la boca así, como si fueras a beber…

Así que te ha picado el gusanillo de la curiosidad y te gustaría aprender silbo gomero… Si quieres empezar por tu cuenta,  te dejamos un enlace para para cubrir la teoría. La práctica es harina de otro costal.

Lo ideal sería aprovechar tu próxima visita a La Gomera para ver alguna exhibición o participar en algún taller.

Hace unos años sería impensable encontrar cómo iniciarse en este hermoso lenguaje silbado, pero hoy no es, por fortuna, tan difícil aprender el silbo.

Aparte de los estudios más sesudos y académicos, existen cursos para los expertos más avezados y, en lugares tan inesperados como París, talleres de silbo para niños.

Pero claro, tiene más gracia aprender en La Gomera, y de la mano de los gomeros… Encontrarás varias agrupaciones y asociaciones como YOSILBO que imparten talleres prácticos en distintos lugares de la isla colombina y en las demás del archipiélago.

Eso sí, ¡confirma bien fechas y lugares antes de nada!

Y desde luego, si la isla te ha cautivado (lógico, lógico) y has decidido quedarte una buena temporada (¡ah, afortunado!) recorriendo Garajonay parriba y pabajo, de San Sebastián a Valle Gran Rey, de Hermigua a Alajeró, siempre puedes optar por aprender el silbo con los gomeros que encuentres en tu camino.

A día de hoy, aunque suene paradójico, los niños y los viejos son los que pueden ayudarte; los que lo recuerdan de toda la vida y los que lo acaban de aprender en la escuela.

Será también una ocasión única para tratar más de cerca a los habitantes de la isla, y el silbo gomero será la excusa perfecta para descubrir el secreto mejor guardado de esta recóndita isla: la calidez de los gomeros.

Bueno, pues ya tienes otra razón más, aparte del clima, la naturaleza, los paisajes, la gastronomía y los deportes de exterior para lanzarte de cabeza a La Gomera. Si quieres que te echemos una mano, podemos ayudarte con tus desplazamientos, alojamientos, vuelos y actividades.

Puedes contactar con nosotros, llamarnos al teléfono 922 15 12 51 o escribirnos al email blog@tubillete.com. ¡Y no dejes de seguirnos en las redes sociales!

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